Thursday, June 2, 2011

Fujimori Versus Humala, la recta final
 
 
Faltan sólo unos días para que se sepa quién ganará las elecciones presidenciales en Perú. Los peruanos tendrán que definirse entre Keiko Fujimori de 36 años de edad, limeña, administradora de empresas y candidata por el movimiento Fuerza 2011, o por Ollanta Humala, de 48 años, oficial retirado del ejército y candidato del movimiento Gana Perú.
El domingo pasado, los candidatos participaron de uno de los debates más esperados por los electores. El encuentro defraudó un poco a los espectadores cuando fue notorio el libreto previamente acordado con los candidatos, por lo menos en cuanto a los temas y la metodología. Muchos terminaron criticando a Fujimori por haberse valido del ''papelito" y aplaudieron al candidato Humala, quien trató de responder sin ayuda de lectura. Sin embargo, este último fue víctima de algunos momentos de balbuceo y tartamudeo consecuencia de su improvisación.

El debate fue dividido en 4 puntos: (I) Lucha contra la pobreza, (II) Seguridad y Narcotráfico, (III) Institucionalidad democrática, y (IV) Economía e Inclusión social. Ambos candidatos hicieron propuestas similares en los cuatro frentes, sin embargo, hubo aspectos que hicieron que se marcara diferencia entre cada uno de ellos. He aquí algunos puntos:

Keiko se concentró en hablar únicamente de su programa de gobierno, enfatizando de manera enérgica que su candidatura sólo tenía un discurso y un programa de gobierno a diferencia de su contrincante, quien, como todos hemos sido testigos, ha acomodado un programa de gobierno distinto dependiendo del escenario. Al inicio de la candidatura, el discurso de Humala era totalmente de izquierda, muy enfocado al estilo del Socialismo del Siglo XXI, sin embargo, esto le fue restando puntos en las encuestas y lo obligó a bajarle el tono a sus intervenciones y a proponer cambios en su agenda presidencial. El señor Humala ha dicho tantas cosas diferentes respecto a los mismos temas, que los electores realmente no saben cuál es el programa de gobierno oficial. Por ejemplo, al inicio proponía con urgencia cambiar la Constitución Peruana de 1993 y derogar o replantear los tratados de libre comercio firmados por Perú, y expresaba con orgullo su amistad y cercanía con Hugo Chávez. El tono definitivamente fue cambiando cuando Vargas Llosa manifestó que le daría el beneficio de la duda y que votaría por él confiando en que llevara a cabo un gobierno de línea demócrata.
Hoy, por el contrario, y luego del debate televisivo, el sr. Humala dejó un vació ante la pregunta de Keiko sobre su verdadero interés en cambiar la Constitución, aprovechó para prometer que respetaría los tratados de libre comercio ya firmados y aclaró que sólo quería gobernar por 5 años. Estó último no es garantía de nada, recordemos la entrevista que hizo Jorge Ramos a Hugo Chavéz hace 12 años antes de que fuera elegido Presidente de Venezuela. Chávez, el demócrata que aparentaba ser en la pantalla se convirtió en un tirano que hoy rehúsa abandonar el poder y cínicamente se escuda en que los procesos electorales han sido llevados a cabo en ejercicio de la plena democracia, como si el mundo ignorara los fraudes cometidos para mantenerse al mando desde Miraflores. Nadie en su momento pareció recordar que el teniente coronel Hugo Chávez, el 4 de febrero de 1992, intentó un golpe de Estado en Venezuela al entonces presidente Carlos Andres Pérez (q.e.p.d.), con estos antecedentes, haber creído en Chávez fui ingenuidad del pueblo venezolano.

Hoy, Perú se encuentra en situación similar, Humala es un golpista, y Fujimori se encargó de recordárselo. El señor Humala atentó contra la democracía peruana cuando a la cabeza estaba el presidente Alejandro Toledo, quien curiosa e inexplicablemente hoy apoya al candidato golpista. Ojalá la lección vivida por los venezolanos, no tenga que vivirla en carne propia el pueblo peruano, porque como digo yo, el que es, no deja de ser.

La candidata Fujimori, estuvo muy concreta y segura en su participación. Pareció que por momentos le tocó estar a la defensiva de las acusaciones y emboscadas que le hizo Humala, quien le recordaba insistentemente los problemas de corrupción y violación a los derechos humanos que tuvo el gobierno de su padre. Sin embargo, Keiko fue muy clara y directa frente a las acusaciones, claramente ella no puede ser víctima de actuaciones que cometieron terceras personas en el gobierno de Alberto Fujimori.

Algo que gustó mucho y marcó diferencia, fue la contundente declaración de Fujimori al manifestar que ella nunca llamará a los terroristas con el nombre de fuerzas beligerantes, caso contrario podía asegurar Ollanta, quien en su libro "De Lucumba a candidato de la Presidencia" pidió trato de beligerancia al grupo terrorista Sendero Luminoso. Esta fue una estocada de Fujimori cuando Humala pretendió asegurar que siempre había combatido la criminalidad y las dictaduras.
Perú debe hacer memoria y recordar que el comandante Humala sirvió lealmente y por siete años desde el ejército a la dictadura del entonces Alberto Fujimori, razón por la cual ha sido investigado por violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad. Así las cosas, su argumento de combatir dictaduras queda totalmente deshecho. Lástima que Keiko no se lo haya recordado.

De otra parte, la propuesta del candidato representante del movimiento político Viva Perú en la que textualmente dice: "Se incorporará mediante norma expresa la justicia militar en fuero del poder judicial" deja sin mucho entusiasmo a los miembros de la Fuerza Pública peruana. Los colombianos hemos sido testigos del impacto que causan este tipo de decisiones en quienes por convicción y por el deber a la patria deben combatir a los criminales, pero que ante una situación de ésta índole, nos les queda más remedio que caer en el apaciguamiento y en la falta de determinación al combatir al enemigo por el miedo a quedar condenados bajo la justicia ordinaria.

El debate, aunque no causó mayor entusiasmo, sí deja una reflexión y es que la historia está marcando la pauta para que los peruanos elijan la mejor opción para su futuro. O Perú mantiene la democracia y confía en el fortalecimiento de ésta en manos de Fujimori, o se instaura una sucursal de la izquierda mediocre y destructiva que poco a poco ha ido contaminando nuestro continente. Nadie aprende con las experiencias de otros, pero de todo corazón, los colombianos hacemos votos para que Perú no caiga en manos del dictador Hugo Chávez a través de la figura de Humala en el poder. Peruanos, ustedes deciden.

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